Mañueco propondrá un pacto de investidura a UPL, Soria ¡Ya! y Por Ávila para forzar la abstención de Vox
Mañueco quiere gobernar en solitario. Génova acaba de realizar una descalificación de los principios de Vox que excluye de facto un posible Gobierno de coalición con los de Santiago Abascal. Y la solución a esta encrucijada se encuentra ya en la mesa de laboratorio del PP regional: ofrecer un pacto de investidura a UPL, Soria ¡Ya! y Por Ávila.
Un pacto que permitiría acudir a la sesión de investidura en su segunda convocatoria con un total de 38 votos a favor frente a los 29 del PSOE y Podemos. La idea pasa por intentar meter presión a Vox para que se abstenga en esa sesión y lograr un Gobierno en solitario.
Sin alternativa a Mañueco
El PP ha ganado las elecciones en Castilla y León. No con los escaños que hubiera deseado el presidente regional Alfonso Fernández Mañueco, pero no por ello renuncia a formar un Gobierno en solitario. El PP cuenta con 31 diputados, dos más de los que amasan PSOE y Podemos y suficientes para que no pueda construirse una mayoría alternativa a Mañueco.
El partido de centroderecha, que lleva gobernando la comunidad autónoma de forma ininterrumpida desde 1987, se aleja por momentos de cualquier pacto con Vox, pese a lo que afirma oficialmente que negociará sin “líneas rojas” más allá de sus principios.
Y es que, según el discurso de este pasado martes de Pablo Casado ante el propio Mañueco, los principios del PP son radicalmente distintos de los de Vox en materias totalmente troncales. Y,en esa tesitura, una opción ha cobrado fuerza negociadora. Al menos, como opción ante la sesión de investidura.
Se trataría de sumar los 31 diputados del PP, a los 3 de UPL, los 3 de Soria ¡Ya! y al escaño de Por Ávila con el único fin de sortear la sesión de investidura y sentar en la Presidencia regional a Mañueco. A partir de ahí, el Gobierno sería en solitario. Aunque, obviamente, esos pactos tendrían un coste: asumir las exigencias de esas tres formaciones.
PP y Vox acapararían 44 escaños, lo que reportaría a la derecha una cómoda mayoría absoluta. Son 15 diputados más que los que acumulan PSOE y Podemos en las Cortes castellanoleonesas. Y es que los dos partidos del Gobierno de España retroceden a la par, como ya sucediera en las últimas elecciones autonómicas, las de la Comunidad de Madrid. Los socialistas pierden siete escaños y Podemos la mitad de los que tenía.
Pero, pese a ello, el posicionamiento del PP, a medida que avanza la negociación, se aleja de esta posibilidad. El objetivo de ese pacto de investidura con las formaciones regionalistas sería sumar más síes que la izquierda y dejar a tres escaños, o dos si Cs entra también en el acuerdo, la aprobación de la investidura de Mañueco, con el objetivo de meter presión a Vox. Eso sí, un no de los de Abascal a esa opción tumbaría el intento y acercaría Castilla y León a una repetición de elecciones.
Avisos a Vox
Desde Génova se reiteró este martes ese objetivo común de gobernar en solitario. En la reunión de su Comité Ejecutivo Nacional, ante la plana mayor del PP, Casado hilvanó un discurso muy crítico contra Vox, al que lanzó claras advertencias aún sin citarle.
«Tenemos límites para pactar y acordar. Nuestros principios son nuestras condiciones. Y no vamos a renunciar a ellos. Nunca», avisó, en una intervención rotunda.
Endureciendo el tono, dejó otras frases comentadas: «El PP es la alternativa a los populismos y a los radicalismos de izquierda y de derecha», «la semilla del populismo y del radicalismo puede tardar más o menos menos en dejar ver su fruto, pero siempre es un fruto amargo» o «hay quienes están más preocupados por sustituir al PP que por cambiar al Gobierno». Alusiones sin nombre pero con un destinatario claro.
Reunión con los barones
«Nadie esta en condiciones de exigirle al PP que renuncie a sus principios», comenta una fuente bien posicionada de Génova. Mañueco hablará con todos los partidos en una ronda de contactos que iniciará el PSOE. Esa negociación tiene un marco claro, y es que quien «bloquee» la gobernabilidad tendrá que «responder de sus actos».
En la dirección popular no dan excesiva cancha a la vía de la abstención socialista, que Pedro Sánchez no descarta, eso sí, exigiendo al PP que rompa todos los acuerdos externos que tiene con Vox en algunas comunidades y ayuntamientos. De hecho, esta propuesta ni siquiera se abordó en la reunión con los barones.
El encuentro fue apacible y los dirigentes territoriales celebraron con Mañueco el triunfo electoral. El presidente electo se encontró con Casado antes que los demás para compartir un almuerzo y coincidió en el objetivo de mantener un Gobierno monocolor.
En su turno de intervención, los barones reivindicaron con voz unánime la legitimidad de Mañueco para intentarlo. El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, señaló que «una victoria puede convertirse en una derrota, pero eso no es lo que ha pasado ahora» y destacó que es Mañueco «el que debe gestionar la investidura». Como ha informado OKDIARIO, el castellanoleonés tendrá vía libre para negociar con Vox, si bien un eventual acuerdo de coalición, que hoy por hoy se descarta, sería tutelado por Génova.
El murciano Fernando López Miras ensalzó que «la única alternativa es Alfonso». «Ésa es nuestra legitimidad para lograr un Gobierno en solitario», añadió. E ironizó: «Quienes no entiendan el riesgo de una moción de censura, les doy mi teléfono».
Por su parte, Isabel Díaz Ayuso recordó la «dificultad» de la campaña. «Con un sanchismo que nos ha desprestigiado». Ayuso también trasladó a Mañueco su deseo de Gobierno en solitario, su primera opción. La dirigente regional, no obstante, no cierra la puerta a Vox en un escenario más complejo. «Que no nos importe lo que opine la izquierda sobre nuestros pactos», reivindicó unas horas antes, en un desayuno informativo.